>Cuesta despegarse de una vida que has construido y que conoces bien. Sé que es una metáfora muy tosca, pero me siento como un chicle pegado en una pared, si tratas de quitarlo se estira como la mozarella. Esa es mi sensación en estos momentos, me estoy despegando literalmente. Enfrento el reto con ilusión, pero no deja de ser una aventura, un salto a lo desconocido… Salvando las distancias, soy el bueno de Marlow adentrándose en «el corazón de las tinieblas».

Sin embargo, a estas alturas, habiéndome despedido de todo el mundo, tengo ganas de que termine el suspense, de llegar a Kin y empezar mi nueva vida, porque eso es exactamente, una nueva vida.